Estrella Serna

Carnaval de botines y cacos

12 Mar, 2021

Paradójicamente, a falta de un notario, con el nombre de «Que conste en acta» se presentó una chirigota que abrió el telón con un irónico cuplé donde dejaron caer su deseo de hacer este año la final ante un notario oficial.En segundo lugar, la comparsa de Fernando Abad, «El botín», se subió a las tablas deleitando al abarrotado teatro con dos octavillas que, alternando, bordaron las cuartetas del popurrí. Las críticas a la Iglesia y a los ediles locales del repertorio de estos rateros, se completaron con un pasodoble de homenaje a la quiosquera de Los Patos, que fue asesinada.Una chirigota llegada del periplo gaditano, «Con la soga al cuello y los dientes por el suelo» de Antonio Navajas «El Pelos», invitaron al respetable a la despedida de soltero de un octogenario de asilo, Matías, que resultó ser novio de una «fea, calva y con pelusilla en el bigote» que, al final, por la foto que mostraron, no era otra que la alcaldesa.

Cambiando de modalidad, la comparsa «Los desterrados», de José María Saavedra, se presentó como una milicia republicana, de la que se echó en falta la bandera tricolor, desterrada en el campo andaluz. Al grito de «libertad», denunciaron que después de «una tregua y otra tregua y sigue muriendo gente», argumentando que los etarras «no razonan, no son personas, son animales nada más».

Tras el descanso, llegaron dos jóvenes chirigotas cuyos seguidores tienen «tomado el teatro». «Con la puerta en las narices» (nombre del premio «Cajonazo» que recibieron en la pasada edición) de Fran Pérez Arjona, montó un atrezzo que recordaba a la obra de Buero Vallejo «Historia de una escalera». En sus pasodobles condenaron al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet.

Pescadores: En uno de los cuplés muy al tipo de vendedores de casa en casa ironizaron sobre el fanatismo cofrade de un sevillano. En el popurrí sorprendieron sacando de su maletín simpáticos objetos que ofrecían a sus clientes. Tras ésta, una pescadería se coló en el teatro de la mano de la chirigota «De todo menos bonito» de otro joven pero veterano carnavalero, Rafael Cámaras-Altas. Con un pasodoble denunciado las dificultades laborales de la juventud, la chirigota se metió al público en el bolsillo de su delantal (con el escudo del Córdoba CF) para después hacerle desternillarse con su ritual de cómo pelar una gamba en el popurrí.

La comparsa de El Carpio, «La empresa», subió al escenario a Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón con sus tres naves que denunciaron el drama de la deshumanización de los inmigrantes en patera.

En una noche en la que abundaron los tipos de ladronzuelos, la chirigota local «Los Cacos», de Daniel Díaz, apostó por unos críticos pasodobles con los que condenaban a Manuel Chaves por el reconocimiento de Hija Predilecta de Andalucía a Cayetana de Alba. Por último, los hechiceros de la comparsa pozoalbense «La Pócima» dejaron la romería de su Virgen de Luna para echar los ingredientes en el mejunje que podría valerle el pase a la final

.Publicado en ABC Córdoba.