
Las personas usuarias de Acpacys, Down Córdoba y Fepamic exigen en un manifiesto medidas que fomenten su autonomía personal y desarrollo laboral celebracion Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad
“Las personas con discapacidad tienen derecho a elegir dónde, cómo y con quién quieren vivir, a tener una vivienda digna y adecuada para su inclusión en la comunidad y tener una vida independiente” leyeron a los representantes de las administraciones públicas ayer personas usuarias de Fepamic, Acpacys, Down Córdoba, Acopinb, Acoda, Ascofi y Sfc, Autismo Córdoba y Apdicor en la conmemoración del día de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad celebrada ayer en el patio de Acpacys en un acto que quedó inmanente gracias a la ilustración de la artista cordobesa Marta Puertas con un colorido mural con “el valor de la unidad” como lema.

El manifiesto está elaborado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), del que forman parte los mencionados colectivos, protagonistas de la jornada organizada por el Foro Discapacidad y Sociedad Distrito Noroeste Córdoba organizador de la convención, una red de colaboración de la que también forma parte el Ayuntamiento de Córdoba.
Pero, dejando a un lado el batiburrillo de siglas, nomenclaturas cromosomas, diagnósticos diferenciales, apellidos, ¿Quién acudió a la celebración de la convención que acabó con una jornada lúdica y qué quieren?
Laura Muñices Bustamante es una cordobesa de 22 años que aspira a trabajar en el sector sector de la moda y las tendencias, no tiene claro si como influencer o personal shopper, es decir, haciéndose fotos combinando ropa o indicándole a otras personas si ponerse unas zapatillas blancas con vaqueros. Al parecer, la apuesta acertada siempre son los zapatos de tacón porque son muy elegantes.
Ahora mismo vive con sus padres, a los que adora, “pero me gustaría poder independizarme y poder trabajar y tener mi vida”. Mientras tanto, acude a su formación en Down Córdoba. “Pásame las fotos y la noticia cuando la publiques para compartirla en redes”, nos dice al terminar la entrevista”.

El entrevistado Guillermo viene en “pack”; de la quinta del 85, este residente de Acpacys está acompañado de Manuel alias “el Abuelo” y Antonio Bueno, educador/intérprete simultáneo. Guillermo quiere ser DJ, le encanta la música y también quiere poder irse a vivir con su novia Macarena que vive en otro centro centro para personas con parálisis cerebral en Sevilla.
¿Qué le pides a todas estas autoridades que han venido al acto? “Manteca para boccia”, traduce su educador, es decir, presupuesto para fomentar el único deporte paralímpico que a él le gusta. Se pone más serio, y pide “no subvenciones, sino posibilidad para tener autonomía con su pareja, poder vivir de forma independiente y no en una residencia”.

Bueno –que le viene al pelo el apellido- además de interpretar lo que Guillermo quiere contestar a este periódico, explica que “la parálisis cerebral es una amalgama, no hay un perfil claro». Cada persona afectada tiene unas necesidades concretas y específicas.
Y de eso sabe muy mucho el Abuelo. Manuel y su esposa Teresa llevan años siendo voluntarios de la “familia” Acpacys. Tras el fallecimiento de su nieto se volcaron con la asociación y él, mecánico de profesión no mismo pela cables que repara corazones de padres ante diagnósticos descorazonadores. No hay nada más que ver a los residentes mirarlo cuando se acerca, se les ilumina la cara.
Cuando las autoridades se marcharon y Acpacys recuperó su normalidad, de las ventanas de la residencia se escuchaba ajetreo del día a día; terapias, rehabilitación, talleres. Un centro lleno de vida y de alma que es más que una residencia y donde sus usuarios también son muchísimo más que residentes o educadores, enfermeros, terapeutas, voluntarios.
Y es que los hombres y mujeres, padres y madres, bebés, niños y niñas no son solo discapacitados. Son Laura, Guillermo, Pepa, Manuel, Sonia, Carmen, Ángela. Y todos ellos quieren ejercer sus derechos como cualquier ciudadano. Eso dijeron ayer a en su convención alto y claro para quienes quisieron escucharles.